Cruzar el Rubicón
- Álvaro González Somoza
- 16 ene 2017
- 4 Min. de lectura

Buenos días a todos, está es la primera entrada del blog que voy a llevar a cabo con mi amigo el historiador Daniel Quintanilla, un proyecto con el que estoy muy emocionado y en el que esperamos poder realizar una divulgación de la historia, literatura y arte.
Dado que este es el primer paso de un gran proyecto, es inevitable escribir acerca de un hecho que cambió la historia de Roma y por ende la de la humanidad. Me refiero a la decisión de Cayo Julio César de cruzar el río Rubicón en el 49 a.C. con sus tropas. Este río marcaba la frontera entre la Galia e Italia. Por ley, nadie podía cruzarlo con sus tropas sin la autorización expresa del senado de manera que con esa simple acción Julio César declaraba la guerra al senado de Roma. Lejos de poder considerarse un acto de traición se puede entender como una respuesta del genio militar a las intrigas que se cernían sobre su persona.
Julio César había servido fielmente a Roma durante nueve años como procónsul en la Guerra de las Galias (58 a.C.-49 a.C.) que, si bien César tenía interés personal en dicha guerra, reportó grandes beneficios para Roma. En ella sometió la Galia Comata, invadió Germania sin intención de conquistarla con la construcción de un puente sobre el Rin en dos ocasiones, también cruzó dos veces el Canal de la Mancha hacia las Islas Británicas. En los conflictos demostró un gran dominio de las batallas campales, así como de los asedios, llevando a cabo la táctica conocida como celeritas caesaris o rapidez cesariana una estrategia que puede asemejarse con la guerra relámpago alemana, especialmente famoso es el sitio de Alesia contra una confederación de tribus galas lideradas por Vercingétorix. Se habla de entre dos y cuatro millones de galos vencidos entre muertos y esclavizados, aunque las cifras hay que verlas con precaución incluidas las que dio el propio César. El procónsul ya era un hombre popular en Roma antes del conflicto, pero tras la campaña se convirtió en el hombre más amado por el pueblo romano. Sin embargo, César motivaba el mismo amor en las clases bajas como odio en ciertas partes de las clases dominantes que temían la gran ambición de este personaje.
Tras la muerte de en el 54 a.C. Julia, hija de César y mujer de Pompeyo, y la de Craso en la campaña de Partia en el 53 a.C., se rompió el triunvirato entre los tres hombres más poderosos de Roma, después del fallecimiento de Julia, César intentó asegurarse la alianza con Pompeyo mediante la proposición de que este último se casara con una de sus sobrinas, sin embargo, Pompeyo eligió casarse con Quinto Cecilio Metelo Escipión partidario de los optimates, facción partidaria de reducir el poder de los populares y aumentar el del senado.
El tribuno Celio realizó una propuesta de ley para evitar que César tuviera que ir a Roma para presentar su candidatura al consulado, periodo durante el cual el entonces procónsul podría ser juzgado por sus supuestos crímenes por sus enemigos. Sin embargo, el creciente poder de César era visto con recelo por muchos senadores que temían que se rompiera el equilibrio de poder entre Pompeyo y César en favor del último.
A pesar del intentó de Pompeyo por hacer que Julio César abandonara su puesto la siguiente primavera, meses antes de las elecciones al consulado, tiempo en el cual podría ser juzgado, Curio, recién elegido tribuno de la plebe consiguió que los intentos de apartar a César de su cargo fueran en vano gracias a la tribunicia potestas.
A finales de ese año César se dirigió a Ravena donde acampó con la XIII legión, como respuesta, Pompeyo asumió el mando de dos legiones y comenzó a reclutar levas (por cierto ilegalmente) en Capua. Finalmente, el senado le colocó en ante una decisión imposible, le denegó poder optar al consulado y debería licenciar a sus tropas o sería declarado enemigo público de Roma. De esta manera, el senado le puso en situación de Zugzwang, momento del ajedrez donde, elijas la jugada que elijas empeoras tu situación actual. Si licenciaba a sus legiones, seria presa fácil de sus enemigos políticos y si no lo hacía entraría en guerra con Roma.
El 7 de enero del 49 a.C. el senado de Roma nombró a Pompeyo cónsul sine collega, puesto similar al de dictador, con la frase: “Caveant consules ne quid detrimenti res publica capiat” (Cuiden los cónsules que la república no sufra daño alguno).
Viendo lo que estaba por llegar, Julio César explicó a la XIII la situación y les consultó que, si estarían dispuestos a verse envueltos en una guerra civil en la que podrían ser calificados de traidores, como prueba de la gran lealtad que sus legionarios le profesaban, no dudaron del mando de César, aunque esto supusiera enfrentarse a su nación.
En la mañana del 11 de enero del 49 a.C., finalmente decide cruzar la frontera entre la Galia e Italia, el Rubicón, según varias fuentes con la histórica frase: “Alea iacta est” (la suerte está echada).
A esto le sucedió una guerra civil en la que Julio César volvió a demostrar su genio militar derrotando a los partidarios de Pompeyo primero en Hispania y a pesar de ser derrotado en Grecia el 10 de julio del 48 a.C. por Pompeyo, consiguió reponerse y propinarle una derrota definitiva a Pompeyo el 9 de agosto de ese año en la batalla de Farsalia de la que el cónsul consiguió escapar hacia Egipto, cuando César fue en su búsqueda se sorprendió al enterarse de que había sido asesinado. Tras esto, se encargó de poner a Cleopatra en el trono de Egipto con la que tuvo al futuro y último faraón, Cesarión, aunque nunca fuera reconocido por el ahora dictador.
Después de la campaña en Egipto, consiguió acabar con la oposición que quedaba en la batalla de Tapso, en el 46 a.C., el resto es otra historia.
Este episodio de la historia nos dejó dos expresiones que aún ahora siguen siendo utilizadas la primera “cruzar el Rubicón” implica la toma de un riesgo con la esperanza de conseguir algo importante; la segunda no necesita presentación:
“ALEA IACTA EST”
En el siguiente enlace podéis encontrar el libro "De Bello Gallico" en español, escrito por el mismo Cayo Julio César sobre la conquista de la Galia. http://amzn.to/2kdRAXM
También os dejo el enlace para "De Bello Civilli" también escrito por el dictador. http://amzn.to/2jI9VZy
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