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La Guerra de las Malvinas

  • Daniel Quintanilla López
  • 26 ene 2017
  • 7 Min. de lectura

Moneda conmemorativa de la Guerra de las Malvinas acunada por el gobierno arentino.

Los precedentes de la Guerra.

Las Malvinas (conocidas por los británicos como Islas Falkland) forman un archipiélago en el sur del Océano Atlántico, cerca de las costas argentinas. El archipiélago está formado por dos islas principales: Gran Malvina y Soledad; y algunas más pequeñas en torno a ellas.


Este archipiélago viene siendo un territorio conflictivo desde su descubrimiento en el siglo XVI, momento en el que tanto Ingleses como Franceses y Españoles reclamaban haber sido los primeros en descubrir las islas para justificar sus reclamaciones sobre las mismas. En 1766 España conquistó las islas a los británicos y, tras la Guerra de Independencia de Argentina (1810-1818), el nuevo país independiente las consideró como una herencia del decadente Imperio Español; sin embargo los británicos recuperaron militarmente el control de las islas en 1833 para añadirlas a su basto imperio colonial.


Las dos islas habían sido en el pasado base de importantes puestos de Balleneros; pero con la progresiva extinción de los cetáceos en el Atlántico perdieron su importancia económica en este aspecto.

Sin embargo, además de seguir siendo ricas en pesca en general, se descubrieron cerca de ellas varios yacimientos de petroleo crudo.

Por otro lado, la posesión de las Malvinas, islas cercanas al continente Antártico, podría favorecer en el futuro negociaciones en el reparto del territorio de dicho continente, además de permitir una posición estratégica en la comunicación marítima a nivel mundial por su privilegiada situación junto al estrecho de Drake.


Situación previa en Argentina y el Reino Unido.

El conflicto de las Malvinas encuentra su explicación principalmente en la situación política que se vivía en los dos países beligerantes. Ambos se encontraban en una situación política delicada, con gobiernos establecidos recientemente, débiles y deseosos de afianzar su posición.


La Dictadura Militar argentina:

En Argentina, la recientemente establecida dictadura militar necesitaba legitimarse en el poder durante una época de inestabilidad política y grave crisis económica;

Desde el gobierno se pensó que una victoria militar fácil podría ayudar a mejorar la confianza de la población sin un alto coste. Se eligieron para ello las islas Malvinas ya que, debido a su distancia de las Islas Británicas no pensaba que el Reino Unido fuese a tratar de recuperarlas.


Por otro lado, el Reino Unido había retirado de las Malvinas la flota que tenía asignada allí, dejando solo una pequeña guarnición de infantería en las Islas. Esta reducción de la defensa se debió a recortes en el presupuesto, pero fue interpretada por el gobierno de Argentina como una señal de abandono, que vaticinaba el momento idóneo para atacar.

Gobierno de Margaret Thatcher:

En el Reino Unido, el gobierno de Margaret Thatcher también necesitaba afianzarse, pues no había adquirido una ventaja remarcable frente a sus rivales en las urnas y la situación económica era igualmente mala. Así el conflicto en las Islas Falkland fue una gran oportunidad.

A pesar de que las Malvinas eran en este tiempo una carga para el gobierno británico, que se estaba planteando devolver su soberanía a Argentina, el ataque fue visto por Thatcher como la oportunidad perfecta para legitimar su poder en base a una victoria militar; por lo que se sirvió de que los habitantes de las Falkland preferían seguir perteneciendo a la potencia europea, hacia la que se sentían mas cercanos que a Argentina.

El inicio de las hostilidades:

Como ya se ha dicho antes, la retirada de una flota británica de Malvinas fue tomada por la dictadura militar argentina como una señal inequívoca de que era el momento de atacar. Se puso en práctica entonces una operación de desembarco que llevaba mucho tiempo planificándose.

La Operación Rosario:

La operación de desembarco de tropas argentinas en las Malvinas recibió el nombre de Operación Rosario. El plan se mantuvo en secreto hasta 48 horas antes de llevarse a cabo y fue un ataque a pequeña escala encaminado a tomar las islas sin llamar la atención británica ni causar bajas, para evitar una reacción británica violenta. Este plan terminó con la invasión de la capital de las islas, Puerto Stanley, cuyo nombre pasó a ser Puerto Argentino, la rendición del gobernador británico de dicha ciudad y su traslado junto con el resto de la pequeña guarnición británica a la capital argentina, Montevideo.


El desembarco comenzó el 1 de Abril. Las tropas argentinas emplearon su superioridad numérica y el factor sorpresa para conseguir la rendición de sus enemigos sin plantear combate.


Por otro lado, el ejército argentino contó con el apoyo tanto en equipamiento como en efectivos de la mayoría de gobiernos de Sudamérica, con la excepción de Chile, que prestó suministros y bases aéreas al Reino Unido.

Armamento argentino.

El elemento que resulta más reseñable de los empleados por el ejército argentino durante la contienda fueron los misiles “Exocet”, desarrollados por una empresa francesa.

Se trata de misiles antibuque guiados que se desplazan hacia su objetivo a muy baja altura para de esta forma evitar ser detectados por el radar.

Durante el conflicto, Argentina disponía de un número muy reducido de estos misiles(5 exactamente), pues Francia cortó el suministro de equipamiento militar a Argentina y sus aliados para evitar conflictos con el Reino Unido. Debido a su poca disponibilidad, estos misiles debieron utilizarse con mucha cautela desde los cazabombarderos “Super Etendard”, también de factura francesa, apoyados por cazas “Dagger”. La estrategia consistió en vuelos a muy baja altura para que los aviones no fuesen detectados, que pusieron a prueba la pericia de los pilotos argentinos junto a las operaciones de reaprovisionamiento de combustible en el aire.


Es de destacar por su importancia el empleo de estos misiles en el ataque argentino contra el “HMS Sheffield”.

Operación Corporate.

En contraposición a la Operación Rosario, en 1982 se inicia desde Gran Bretaña la "Operación Corporate" con el objetivo de recuperar el control de las Islas Falkland. De la misma manera que los argentinos contaron con el factor sorpresa y su superioridad numérica durante la Operación Rosario, los británicos confiaron en la superioridad tecnológica de su equipamiento militar para tomar fácilmente el control de Puerto Argentino, situado en la isla Gran Malvina.


El 1 de Mayo, la Flota británica se acercó lo suficiente a las islas como para atacar, y envió algunos "Sea Harrier" contra las bases aéreas de las Malvinas para cortar la comunicación de las tropas argentinas con el continente mediante bombardeos estratégicos y así debilitar a los defensores antes de desembarcar a sus propios soldados.

Armamento del Reino Unido.

Al igual que el empleo de los “Dagger”, “Super Etendard” y los misiles “Exocet” fue la mayor baza del ejército argentino en la Guerra de las Malvinas, la máquina característica de la Royal Navy fue el caza “Sea Harrier”.

Se trata de un avión versátil, adaptado para despegar y aterrizar verticalmente, lo que facilita su empleo desde portaaviones. Era además, un vehículo muy manejable y apto tanto para combate naval como para misiones de ataque sobre objetivos de tierra.

Estos avanzados aviones supusieron un reto para los pilotos argentinos, al mando de aeronaves menos manejables.


La diplomacia.

Antes de que estallara el conflicto bélico como tal, el gobierno del Reino Unido había tratado de resolver la situación de forma diplomática; primero en la ONU, que cedió su apoyo a la potencia Europea declarando a Argentina como el país agresor y más adelante tratando de que Estados Unidos actuase como mediador; sin embargo, la dictadura militar argentina no cedió a ninguno de los intentos diplomáticos de resolver la situación, por lo que la confrontación violenta comenzó en cuanto los efectivos de la Royal Navy llegaron al archipiélago.

Desarrollo de la Guerra.

La aviación argentina perdió muchas aeronaves en los enfrentamientos contra los cazas Harrier, pero consiguió algunos importantes logros aprovechando la pericia de los pilotos, su mayor cercanía a la costa y los aeródromos así como su mayor número.

En cuanto a la flota, los submarinos británicos fueron cruciales para inclinar la balanza a su favor ante algunas audaces maniobras argentinas que podrían haber llegado a destruir la flota británica de haberse completado con éxito.

Las primeras luchas de la guerra de las Malvinas se produjeron en el aire y el mar: Los principales problemas de la aviación británica fueron la abrumadora inferioridad numérica la mayor lejanía con respecto a los lugares de suministro. Todo esto venía dado por la enorme distancia que separaba las Malvinas de las Islas Británicas, lugar del que procedían los portaaviones y el resto de la armada. También ha de tenerse en cuenta que los pilotos británicos, a pesar de su entrenamiento y experiencia operan en un territorio que les es desconocido.


La Marina británica llegó al estrecho de San Carlos y el 21 de Mayo empezaron a desembarcar sus primeras tropas de tierra y pese a los intentos de la aviación argentina por impedirlo el desembarco continuó.


En tierra, las tropas de ambos bandos lucharon en las llanuras azotadas por el viento y el frío, donde el ejército británico se consiguió imponer poco a poco gracias a que los bombardeos estratégicos de su aviación sobre los aeródromos enemigos y las comunicaciones marítimas habían cortado las comunicaciones de la isla con el continente.


Puerto Argentino, la capital, fue uno de los mayores retos para los británicos, pues estaba muy bien defendida por ser la clave para el control de las islas. A finales de Mayo la situación aún no se ha resuelto y aumentó la crudeza de los combates terrestres. El Alto Mando británico decidió (como ya había hecho antes del desembarco) llevar a cabo un cerco para debilitar las fuerzas defensoras a base de bombardeos, artillería y ataques aéreos antes de enviar a la infantería e intentaron un nuevo desembarco en Puerto Agradable que fue frustrado por la aviación y la flota argentina.

La balanza de la guerra continuó sin inclinarse claramente hacia ninguno de los dos lados, con continuos combates terrestres y aéreos en los que el Reino Unido se fue imponiendo poco a poco a costa de un gran esfuerzo hasta que finalmente se firmó la rendición argentina el 14 de Junio.


Fin de la Guerra.


Entre los días 8 y 14 de Junio tuvo lugar una serie de sangrientas batallas por el control de Puerto Argentino.

Durante este tiempo también se empezó a acordar una paz entre ambas fuerzas que pusiera fin a las elevadas pérdidas de vidas humanas.

La paz se firmó dejando las Islas bajo el control Británico; sin embargo, los mandos argentinos dejaron claro que Argentina no aceptaba una rendición incondicional y trataría de recuperar las islas.

Conclusión.

Aún hoy, la soberanía de este territorio no está clara y se sigue considerando el archipiélago como territorio en litigio entre Argentina y el Reino Unido.


Las consecuencias de esta guerra repercutieron en los gobiernos de ambos países beligerantes de forma opuesta:


Por un lado, la Dictadura Militar Argentina quedó muy debilitada con la derrota, lo que favoreció la implantación del posterior régimen democrático. Por otro lado, a pesar de que la guerra no fue un éxito, fue vista como algo justo por una parte importante de la población argentina, así como el bautismo de sangre de su ejército, por lo que se llegó a acuñar una moneda conmemorativa de esta guerra.

Por otro lado, en el Reino Unido, la victoria supuso un gran aumento de la popularidad de Margaret Thatcher,lo que favoreció su victoria en las siguientes elecciones.


Por su parte, los habitantes de las Malvinas recibieron la plena ciudadanía inglesa (que hasta el momento tenían reducida).

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