top of page

Suscríbete

El fin de los triunviros romanos

  • Álvaro González Somoza
  • 30 ene 2017
  • 4 Min. de lectura

La república romana con el senado al frente, vio como le asestaban un golpe, que a la larga se desveló mortal, con la creación del primer triunvirato en el 60 a.C. y posteriormente con el segundo triunvirato en el 43 a.C. la vida de cada uno de los seis triunviros fue una sucesión de éxitos y fracasos que han dejado una huella imborrable en la historia. Tan especiales fueron sus vidas como la forma en que cada uno de ellos terminó sus días.

De izq a der Craso, Pompeyo y César

El Primer Triunvirato estaba formado por Marco Licinio Craso, Cneo Pompeyo y Cayo Julio César; este triunvirato estuvo vigente desde el 60 a.C. hasta el 53 a.C. año en el que muere el primero de nuestros protagonistas. Craso, que se encontraba en Asia como gobernador, decidió emprender una campaña militar contra Partia, campaña que le hubiera supuesto una enorme riqueza y popularidad. Al contrario que a sus compañeros, a Craso no se le consideraba un gran general debido a que en la única campaña relevante en la que había participado, la dirigida contra Espartaco, el éxito se lo había agenciado Pompeyo. Sin embargo, no consiguió el prestigio que buscaba dado que una mala planificación de la guerra le llevó a una derrota de enormes dimensiones en la Batalla de Carrhae o de Carras, donde la caballería parta acabó con cerca de 20000 legionarios y capturó a otros 10000 que dio origen a la leyenda de la legión perdida, pero esa es otra historia.


Cuando Craso fue a parlamentar con los partos, estos le capturaron y lo ejecutaron de forma cruel al mismo tiempo que irónica. El triunviro era el hombre más rico de Roma y lo fue hasta en su muerte puesto que los partos le vertieron oro fundido por la garganta, sin duda una muerte horrible.


El siguiente en experimentar su caída fue Pompeyo, mientras Julio César se encontraba en la Galia, el primero se había acercado mucho a las ideas de los conservadores optimates que veían a César como una amenaza. Tras una serie de acontecimientos que podéis leer en nuestro articulo CRUZAR EL RUBICÓN, Pompeyo tuvo que huir a Egipto, sin embargo, allí soldados del faraón lo asesinaron el 48 a.C. para intentar congraciarse con César, que lejos de sentirse agradecido se puso furioso por el asesinato de su antiguo amigo.


Después de la Segunda Guerra Civil, César tenía el suficiente poder para nombrarse Dictador vitalicio. Todo parecía ir viento en popa para él, que en su prepotencia no consideró seria la amenaza que suponían una gran parte de los senadores. En los idus de marzo del 44 a.C. recibió 23 puñaladas en el senado al que había acudido citado a petición de los senadores que le querían leer una súplica para recuperar los poderes que habían perdido. Con este sacrilegio (no se podía portar armas en el senado y menos usarlas) murió el último de los protagonistas del Primer Triunvirato.

De izq a der Marco Antonio, Octavio y Lépido

Los integrantes del Segundo Triunvirato, Marco Antonio, Cayo Octavio Turino y Marco Emilio Lépido, no tuvieron un final mucho más amable. El primero en morir, y de forma bastante trágica, fue Marco Antonio que, tras perder la batalla de Actium, en la cual la flota de Marco Antonio y Cleopatra fue destruida a manos de Octavio, y viendo que ya nada podía hacer contra Octavio puesto que sus legiones habían desertado, engañado por Cleopatra y creyendo que esta se había suicidado, decidió salir de este mundo con el honor que merecía, así, el 1 de agosto del 30 a.C. se arrojó sobre su espada. Días más tarde, Cleopatra, esta vez sí, se suicidó supuestamente por mordedura de áspid para no tener que desfilar en el triunfo de Octavio. Está historia inspiró a Shakespeare para crear su obra “Antonio y Cleopatra”.


El segundo en morir fue Lépido, si bien su muerte fue normal, lo que llama la atención es su caída. Paso de ser uno de los hombres más poderosos de Roma a un hombre repudiado. En sus días de gloria, Lépido era uno de los triunviros de Roma, sin embargo, su poder era meramente nominal, puesto que en realidad los que decidían todo eran Marco Antonio y Octavio. Harto de esa situación y aprovechando que Octavio solicitó su ayuda para luchar contra Sexto Pompeyo, tomó Sicilia con el objetivo de ser tratado de igual manera que sus compañeros. Cuando Octavio llegó a la isla y ante lo inevitable del conflicto las legiones que apoyaban a Lépido desertaron. Ante esa situación, se rindió y cedió a Octavio Sicilia y África, a cambio se le perdonó la vida y su fortuna no le fue arrebatada además de seguir siendo Pontífice Máximo. Cuando su hijo intentó asesinar a Augusto, este le llamó a Roma donde le humilló. Su vida terminó el 13 a.C.


El último en morir fue Octavio, por aquel entonces Augusto, posiblemente envenenado por su propia esposa Livia. A pesar de ello considero que es la muerte que a muchos les hubiera gustado tener. Se cuenta que sabiendo que estaba ante sus últimos momentos, preguntó a sus allegados que, si les había agradado su forma de proceder en la vida a lo que contestaron que sí, entonces les dijo: “Acta est fabula, plaudite»” (La comedia ha terminado. ¡Aplaudid!). Así, muere un emperador, así, nace un dios.


En el siguiente enlace podéis encontrar:


"Antonio y Cleopatra" de Colleen McCullough

http://amzn.to/2jMoNsk

"Antonio y Cleopatra" de William Shakespeare

http://amzn.to/2kadJEa

Serie "Roma", para mí la mejor serie de Roma

http://amzn.to/2jwoheQ

"La muerte de César" de Barry Strauss

http://amzn.to/2kkySgU




Comentarios


Categorías
  • Grey Facebook Icon
  • Grey Twitter Icon
  • Grey Google+ Icon
bottom of page