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Raimundo Lulio y el orden de caballería:

  • Daniel Quintanilla López
  • 7 feb 2017
  • 6 Min. de lectura

Probablemente las sociedades de ninguna época anterior se hayan visto sometidas a tantos cambios en tan poco tiempo como se vienen produciendo en los últimos años debido a las tecnologías de la comunicación y a la Globalización; es por ello que actualmente no es extraño escuchar a las personas mayores emplear expresiones como "ya no quedan hombres ni mujeres como los de antes" o "se están perdiendo las buenas costumbres". Estas frases nos expresan como las sociedades cambian a lo largo del tiempo y, en efecto, algunos usos y costumbres desaparecen para dejar paso a otros nuevos. Es natural, los procesos históricos afectan desde hace milenios a todas las sociedades del mundo.


Entre esas buenas costumbres que se están perdiendo se incluyen la "Cortesía" y la "Caballerosidad". Estos conceptos, que a día de hoy ya huelen a polvo, han sido de lo más común en otras épocas y en este artículo voy a hablar de una importante fuente primaria a la hora de estudiar este fenómeno: el Libro del Orden de Caballería, de Raimundo Lulio.


Actualmente se habla bastante del Código de Caballería Medieval, sin embargo no existió ningún "Código de Caballería" como tal, que se aplicase a todos los caballeros de todas las órdenes; pero el Libro del Orden de Caballería es una aproximación a lo que dicho Código representa para el imaginario colectivo. En varias partes del texto yo mismo me refiero a el como "Código"; pero quiero que quede claro que el Código de Caballería Medieval nunca existió como tal.


Torneo de caballeros.

El Libro del Orden de Caballería se trata de una obra del siglo XIII en la que Raimundo Lulio realiza un retrato del caballero ideal: justo, heróico y valiente, diestro en el manejo de las armas y de las palabras, defensor de los débiles y de la fe cristiana, etc. Esta es la imágen que más o menos se tiene actualmente de los caballeros medievales; vestidos con su brillante armadura, a lomos de un caballo.


Sobre Raimundo no está claro si simplemente era laico o si formó parte de la Orden Franciscana; lo cierto es que se puede observar una profunda religiosidad en su obra y se dice de el que escribió varios libros de teología (aunque solo uno se conserva).


El libro empieza (además de con la pertinente introducción) con una historia a modo de leyenda, similar a las presentes en los libros de caballerías en la que el autor se presenta simplemente como el descubridor o recopilador de sus contenidos. En esta historia un caballero ya mayor se retira a un bosque a pasar allí los últimos días de su vida. Por su bosque pasó un escudero perdido que deseaba acudir al banquete organizado por un rey para ser allí armado caballero. Al encontrarse ambos, el caballero mayor le hace entrega de un libro al escudero, para que bien conozca el orden de caballería antes de engrosar sus filas; este libro no era sino el Libro del Orden de Caballería, que fue presentado al rey por el escudero, y al monarca le pareció que todos sus caballeros lo debían conocer y seguir.


En las siguientes páginas, Raimundo nos ilustrará sobre como debe ser el caballero ideal, contemplando una enorme cantidad de aspectos (vestimenta, comportamiento tanto en la batalla como en sociedad, costumbres, armas que porta, etc.) dando una interpretación sagrada a todas ellas. Desde la espada, que según Raimundo se forja con forma de la cruz en la que perdió la vida Jesucristo y tiene dos filos que representan a la Caballería y la Justicia, hasta la lanza, que por su rectitud representa la Verdad; o el puñal (que era repudiado por algunas órdenes de caballería por ser "arma deshonrosa") aparece como un símbolo de que el caballero no debe confiar solo en las armas y debe acercarse a Dios. No se quedan sin su interpretación el resto de partes de la panoplia caballeresca: yelmo, maza, escudo, loriga, e incluso las canilleras y las riendas del caballo tienen para Raimundo un significado sagrado.


Hoy podemos comprender sin dificultad que un yelmo es más útil para proteger la cabeza de golpes letales que para recordar al caballero que sin vergüenza no se puede mantener el orden; sin embargo, todo este simbolismo tiene una función: glorificar la figura del caballero por encima de los demás miembros de la sociedad medieval.


Caballero en una representación medieval cargando con su lanza contra un caracol.



El Libro del Orden de Caballería nos cuenta como deben llevarse a cabo las ceremonias para armar caballeros, qué requisitos deben cumplir los escuderos que deseen integrarse en el orden y qué pruebas tendrán que pasar para poder entrar a él. Además nos habla de las obligaciones del caballero, tanto con su señor como con sus vasallos, y de como debe castigarse a los caballeros que no siguen las normas del libro y que, por tanto, deshonran a la caballería.


Resulta también extremadamente interesante observar la interpretación que Raimundo transmite en este libro sobre la sociedad de su tiempo, que está implícita en todo el texto del código. Hay que tener en cuenta a la hora de interpretarla que la cultura medieval era extremadamente diferente de la actual y que puede resultar algo muy radical para los lectores de hoy en día:


Según lo que he podido extraer de la lectura del Código, para Raimundo la importancia de un ser humano, se basaba en el Honor de su profesión; para el la profesión mas honrada y por lo tanto más importante era la de clérigo, pues de ellos dependía la salvación de las almas. Afirma repetidas veces en este libro como la caballería es la dedicación más alta y honrada solo por debajo de la clerecía.


Los caballeros según Raimundo, deben formar parte del estamento de la nobleza y ser "señores de tierras y de hombres", pues es dedicación muy honrosa el mandar, y gracias a esas tierras podrán mantenerse mientras cumplen su función de defender la justicia, la verdad, la cristiandad y un largo etcétera.

Nos explica que el caballero solo debe ser mejor considerado que el resto de los mortales porque tiene más obligaciones, véase las que he enumerado antes y si las incumple debe ser tratado como villano y delincuente por otros caballeros.

Por encima de los caballeros (aunque no con mas honor) están los monarcas, a los que los primeros deben servir con lealtad y defender contra sus enemigos, pues es la función de un caballero tener lealtad a su rey.

En cuanto al tercer estamento; el pueblo llano, solo tienen para Raimundo la función de cultivar las tierras de sus señores y ser mandados por ellos o, como mucho, de ser agredidos (o agresores) y así poder tomar parte en las historias protagonizadas por los caballeros.


Esta explicación parece muy bonita; todo el mundo hace algo, todos tienen una función en la vida y la cosa va sobre ruedas; sin embargo sabemos que no era así. Esto es una explicación ideal, similar a la que otros autores dan sobre el sistema estamental: unos trabajan la tierra para alimentar al resto de la sociedad, otros rezan para salvar las almas de todo el mundo y otros luchan para proteger sus vidas terrenales; sistema que también parece perfecto y muy bonito pero que tampoco funcionaba tan bien en la realidad como sobre el papel.







Rey



Nobleza (a esta altura estaría también el clero)



Caballeros



Tercer estado

(campesinos)


Esquema contemporáneo de la sociedad medieval



El problema era que no todo el mundo cumplía con su "función sagrada"; precisamente en las primeras páginas de este libro se dice que su función es la de "restaurar el honor del orden de caballería". En efecto, los caballeros (al menos la mayoría de ellos) no siempre cumplían los requisitos que el orden ideal de Raimundo propone: ni eran justos, ni amaban a sus vasallos ni luchaban para defender la justicia y cristiandad.


Debe quedar claro que lo que expresa este documento, lejos de ser un reflejo verídico del comportamiento de los caballeros medievales es un manual de cómo debían comportarse; es decir, de lo que no hacían.


Por otro lado, en cuanto a la opinión que tiene el autor sobre el sexo femenino, se puede decir que no era amable. Nos dice que las mujeres deben quedar excluidas de la caballería por ser más débiles de cuerpo y mente y más propensas al pecado y la maldad que los hombres. Esta opinión se corresponde con la de otros autores medievales y en la actualidad, afortunadamente, ha desaparecido en la mayor parte del mundo.


Al igual que todas las sociedades, la medieval no era perfecta; y al igual que a día de hoy no todos los políticos son honrados ni todos los policías justos; en la Edad Media, no todos los caballeros luchaban siempre por la justicia ni todos los señores pensaban en el bien de sus vasallos.



Para finalizar, quiero dar las gracias por leer mi artículo. En caso de que algún lector esté interesado, dejaré un par de enlaces para que pueda leer el Libro del Orden de Caballería y sacar sus propias conclusiones:



Aquí podreis encontrar el Libro del Orden de Caballería en PDF: http://www.edu.mec.gub.uy/biblioteca_digital/libros/L/Lulio,%20Raimundo%20-%20Libro%20del%20Orden%20de%20Caballeria.pdf



Aquí os dejo otro trabajo sobre caballería medieval que puede ser interesante para los pequeños de la casa: Caballero: El manual del guerrero medieval: http://amzn.to/2kAGytw



Y si queréis saber más sobre el concepto y el ideal de caballería (personalmente me parece un tema muy interesante) podéis echarle un vistazo a algunas de las obras que el gran Cervantes salvó del fuego, como Amadís de Gaula o Tirante el Blanco que eran el equivalente caballeresco a lo que hoy son los superhéroes de las películas.


Amadís de Gaula en comic: http://amzn.to/2jVE9N3


Amadís de Gaula: http://amzn.to/2jVBqOU

Tirant lo Blanc (versión original en catalán): http://amzn.to/2jXUjW9

Tirante el Blanco (en español): http://amzn.to/2kAOF9L




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